martes, 19 de abril de 2011

CAPAS DE LA ATMÓSFERA- 4to 43-4-5-6

La atmósfera terrestre es una mezcla de varios gases que envuelven la Tierra, cuyo espesor es de unos 500 kilómetros. Está compuesta por nitrógeno (78%), oxígeno (21%) y el resto es argón, dióxido de carbono, vapor de agua, ozono, neón y helio, entre otros. La presión atmosférica sobre la superficie terrestre es de 1013 hectopascales y disminuye con la altura. La atmósfera tiene su máxima densidad en la región cercana a la corteza terrestre y prácticamente el 90% de su masa está debajo de los 15 km de altura.
Se divide en capas, en función de la temperatura del aire, la cual cambia con la altura.
TROPÓSFERA: es la capa inferior, llega hasta los 10 km. Es la región de mayor importancia directa para la sociedad, en ella se producen los fenómenos meteorológicos y climáticos que afectan nuestra vida cotidiana, pero también contiene casi todos los elementos contaminantes.
Contiene vapor de agua que puede condensarse y formar nubes, precipitaciones y niebla. La presencia de vapor de agua en el aire determina la humedad que, junto con la existencia de dióxido de carbono, le dan a la tropósfera la propiedad de actuar como capa aislante, porque evita que el calor procedente de la superficie terrestre escape al espacio rápidamente.
ESTRATÓSFERA: llega hasta los 50 km. La ausencia de polvo y vapor de agua hace de ésta una zona libre de tormentas y de nubes. Por esta razón, los astrónomos realizan observaciones astronómicas desde esta capa, utilizando instrumentos que colocan en globos aerostáticos. La concentración de ozono en esta capa (20 a 35 km) es importante para la vida, ya que se asemeja a un escudo protector contra la radiación ultravioleta procedente del sol.
MESÓSFERA: llega hasta los 90 km. La temperatura desciende rápidamente con la altura, hasta los 90ºC bajo cero.
TERMÓSFERA: hasta los 500 km. Es la capa de mayor temperatura, alcanzando los 1000ºC.


LA HIDRÓSFERA: MASAS DE AGUA EN LA CORTEZA TERRESTRE



La hidrósfera es la porción de agua del planeta que está en continuo movimiento. Más del 70% de la corteza terrestre está cubierta por los océanos. Las aguas de los océanos tienen alta salinidad, mientras que las aguas continentales son dulces. Las aguas saladas constituyen los océanos y mares y representan el 97% del total de agua de la hidrósfera. Las aguas continentales se pueden subdividir en aguas superficiales (ríos, lagos y glaciares) y aguas subterráneas. Los ríos y arroyos se forman a causa de las precipitaciones y los deshielos sobre los continentes y tienen menor salinidad que el océano. Sobre el continente Antártico, en las cumbres más altas de las cordilleras y en el océano Ártico existen enormes volúmenes de agua congelada que representan la mayor reserva de agua dulce del planeta.




“A LA DERIVA…”


Con el fin de dar respuesta a algunas observaciones, un meteorólogo alemán, Alfred Wegener (1880-1930) propuso la teoría de la deriva continental. Según esta teoría todos los continentes debieron estar unidos en un supercontinente denominado Pangea, el que se fracturó hace 200 millones de años aporximadamente.
La corteza terrestre está dividida en placas que se mueven lentamente, como consecuencia de los movimientos convectivos que se producen en el manto superior. Los volcanes de las dorsales submarinas expulsan material caliente proveniente del manto. El magma se solidifica y crea nueva corteza oceánica a ambos lados de la dorsal (cordillera submarina). Así el fondo oceánico se expande, y como consecuencia colisiona contra la gruesa corteza continental y se hunde en las profundidades del manto. Este fenómeno se denomina subducción. Las consecuencias de estos continuos movimientos de las placas tectónicas son la formación de terremotos y volcanes.

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